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Bienvenido a tu casa / Siempre Así

Diálogo de Esperanza

-Tengo que preparar una visita muy importante. ¡Hay mucho por hacer, y poco tiempo para ello!
-Si quieres te puedo ayudar. ¡Supongo que debes estar muy estresado! A ver, ¿cuántos días tienes de plazo?
-Más o menos 20.
-Todavía hay oportunidad para organizar algo para que quedes como un buen anfitrión. Vamos a ver. En lo primero que tienes que pensar es en la comida. Compra los ingredientes para un buen menú. Te propongo el marisco, que suele gustar mucho, el jamón, la caña de lomo, las endivias con caviar, ostras, faisán, perdices, angulas, rodaballo, salmón... Hay muchas posibilidades. ¡Ah! Y no te olvides de los dulces. Ya sabes, en esta época son fundamentales el turrón, los mantecados y las peladillas.
-No sé, no sé... Es que en realidad quien viene es un niño pequeño. No creo que le guste todo eso, ¿no?
-¿Un niño? ¿Y para eso tanta expectación? Pues le haces algunos regalitos y ya está. Hay juguetes que le pueden encantar: muñecos, coches, peluches... Y, para cuando se haga mayor, un ordenador, unos videojuegos, un móvil... Si no, algo de ropa: unos pantaloncitos, un abrigo, un pijama, gorro, bufanda... O una colonia, una bicicleta, varias películas de dibujos animados... Puedes ir a los centros comerciales, y verás cuántas ideas se te ocurren.
-En realidad... Es un niño que nació de una manera muy pobre. No creo que esté acostumbrado a tantos lujos.
-Entonces lo que puedes hacer es recibirlo adornando tu casa. Pon guirnaldas, espumillones, velas, estrellas, colgaduras en el balcón...
-Creo que se sentirá incómodo. Todo eso serviría para distraer la atención del acontecimiento. Lo que de verdad importa es él. Cuando te he decía que tenía unos 20 días para prepararlo pensaba en otra cosa. Quiero hacer un recibimiento digno, pero sencillo. Para ello no tengo que ir a las tiendas, ni a los centros comerciales. Creo que depende solamente de mí, porque yo mismo puedo ofrecer mucho. Le puedo dar al niño mi alegría, las ganas de acogerlo en mi hogar, la promesa de no olvidarme nunca de él. Mi voluntad de cambiar y de hacerme de nuevo pequeño, para poder ver el mundo con ojos inocentes. La sinceridad, el desprendimiento, la humildad... Todo esto es lo que me pide el que va a venir. Él quiere prepare SU visita, y no otras; no las que los centros comerciales, las empresas o los medios de comunicación tengan intención de venderme. Pero para disponerlo todo queda poco tiempo; es mucho lo que hay que cambiar.
-¿Y cómo vas a poder hacerlo?
-Por ahora tengo la esperanza. La esperanza de que llegue este niño, y haga mi vida y la de los que reciban más feliz...

[Audio: Álex Ubago - A gritos de esperanza]

2 comentarios:

Anónimo dijo...

manolo hubiera quedado mejor un villancicooo, y la de las muñecas de famosaaa?????

Rocío Jiménez dijo...

Hombre, Manolo, no seas tan desesperanzador, que la navidad tiene muchas cosas lindas... Y es un tiempo para disfrutar :) En algunas cosas tienez razón, pero eres demasiado apocalíptico!! Anda un besito mu fuerte