¡3.700 GRACIAS!

Lereleíe, lereleíe, lereleíe... No importa quién seas, ni de dónde seas, da igual cómo seas si quieres entrar: ¡LA PUERTA ESTÁ ABIERTA!

Bienvenido a tu casa / Siempre Así

Diálogo de contrastes sobre la libertad de expresión

-“Queremos manifestar nuestro disenso y que la ciudad universitaria sea un lugar libre, sin zonas de exclusión”. Leía esto en la edición digital de El País del martes 15 de enero. Es una frase que dijo el portavoz de un grupo de estudiantes de la Universidad de La Sapienza justificando su oposición a la visita a dicha institución del Papa Benedicto XVI. ¿No te parece una contradicción? Por un lado, estos estudiantes defienden una universidad libre, sin que nadie quede excluido, y por otro se manifiestan para impedir que alguien con ideas incómodas para ellos ponga tan sólo un pie en ese espacio.
-Bueno, los hechos no son así de radicales. Los manifestantes no pedían la cancelación de la visita. Simplemente querían ejercer su derecho de libre expresión durante el acto --la inauguración del curso-- al que iba a acudir Benedicto XVI: poder expresarle al Pontífice sus ideas respecto al laicismo en la enseñanza y a la separación que debe haber entre la ciencia y la religión.
-Pero era lógico que ante esas perspectivas se anulara la visita desde el Vaticano. Además, también hubo un reducido grupo de profesores que escribieron una carta pública pidiendo expresamente la anulación de la visita, alegando que el Papa es un "oscurantista". Aparte de estas connotaciones, a lo que voy es a que en los últimos años percibo una especie de sentimiento por parte de algunos sectores de los que se llaman a sí mismos progresistas, tolerantes o laicistas a rechazar de plano e, incluso, impedir la manifestación pública de todo lo que no vaya acorde con su ideología.
-¿A qué te refieres? Creo que estamos hablando de un caso aislado, ¿no?
-Ni mucho menos. Una parte de la población (que en principio creía que se circunscribía solamente a España, pero estamos comprobando cómo se extiende también a otros países europeos) mantiene un rechazo frontal a toda opinión que provenga especialmente de la Iglesia Católica. Algo que es, por cierto, completamente lícito. Pero a lo que mi entendimiento no llega es a que se pretenda acallar la voz de la Iglesia en público. ¿No existe en nuestras democracias libertad de expresión? ¿No tienen los cardenales, obispos, sacerdotes, y hasta el Papa, el mismo derecho que los políticos, representantes sindicales o cualquier ciudadano de a pie a exponer pacíficamente sus ideas en público? Ha habido muchos casos de este rechazo últimamente: cada vez que un obispo español ha participado en una manifestación en la calle, en la reciente celebración de las familias en Madrid, la visita cancelada del Papa a La Sapienza...
-Por supuesto que la Iglesia tiene libertad de expersión, al igual que cualquier otra institución. Lo que ocurre es que hay que tener cuidado a la hora de seleccionar las palabras. Y hay veces en los que la Iglesia se extrapola. Muchos creen que pretende ir en contra de los derechos de algunas personas, que quiere imponer su moral única en la sociedad, desde la sexualidad al modelo educativo.
-El mensaje de la Iglesia (que incluye dosis de sacrificio, de entrega a los demás, de rectitud y superación personal) ha sido incómodo a lo largo de toda la historia de la Humanidad, pero no por ello va a cambiarlo. Era lógico que los romanos persiguieran a los cristianos, porque no constituían una sociedad tan avanzada como la nuestra. También en regímenes dicatoriales, como los fascistas o comunistas. Lo que es increíble es que en la Europa democrática del siglo XXI se sigan poniendo cortapisas a la libertad de expresión. Y más increíble aún es que las cortapisas provengan de los que en la teoría van presumiendo de tolerantes, de libertarios, de los adscritos al lema del "todo vale".
-También están en su derecho de opinar sobre lo que otros opinen, ¿no?
-Desde luego. Pero no en el derecho de impedir la opinión de otros (¡vaya trabalenguas!). Sin embargo, a pesar de esta situación, no hay motivos para el desánimo. Las cifras siguen siendo representativas: este domingo se han concentrado más de cien mil personas (muchas de ellas universitarias) en la Plaza de San Pedro para mostrar su apoyo a Benedicto XVI frente a los ataques que ha recibido por parte de "67" profesores y de "cerca de un centenar" de alumnos. Te dejo aquí las ejemplares palabras que les ha dedicado el Papa:
.
"Al ambiente universitario, que por largos años ha sido mi mundo, me ligan el amor por la búsqueda de la verdad, por la discusión, por el diálogo franco y respetuoso de las diversas posiciones (...). Como profesor, por así decirlo, ‘emérito’, que se ha reunido con tantos estudiantes en su vida, animo a todos, queridos universitarios, a ser siempre respetuosos de las opiniones de otros y buscar, con espíritu libre y responsable, la verdad y el bien".
.
[Imágenes: arriba, estudiantes de La Sapienza portan una pancarta en contra de la visita del Papa -EFE, 15-1-08-; abajo, fieles congregados en la Plaza de San Pedro para manifestar su apoyo al Papa -Católicodigital, 20-1-08]

1 comentario:

W dijo...

cada vez me quedo pasmado de como escribes manuel.

El tema la verdad es que es peliagudo, ya que es verdad que la iglesia es atacada desde muchos frentes (algunos con razon otros porque si) pero por que la gente esta tan en cotnra de la iglesia y no tan en contra del aborto como has dicho hace un par de dialogos?? Que pasa que como la iglesia iundica un poco como se tiene que vivir ya todo el mundo a atcarla porque me viene mejor no seguirla? la verdad es que poca gente dentro de la iglesia ataca porque si, y poca desde fuera ataca con razones. A mi que vieniera el Papa a un acto en mi facultad, me llenaria de orgullo, y hablaría con los que estan en contra para ver el porque, pero si ellos organizaran un acto en contra de que vieniera probablemente yo hiciera otro a favor

lo dicho muy bien escrito manuel